jueves, 3 de septiembre de 2009

Democracia o corporaciones mediáticas . Elijamos quien gobierna.

Por Daniel Calabrese
“El blanqueo fue de sólo un 3% del dinero depositado fuera del país”.
Con este título Clarín informaba el resultado de la campaña de blanqueo o repatriación de capitales que el gobierno realizó en los últimos meses y cuyos resultados fueron anunciados por todos los medios nacionales.

La noticia y su modo de enunciación es un buen disparador para tratar de pensar la idea de los medios como constructores de lo “real” pues cuenta con una cualidad interesante: el núcleo “duro” de la información nadie lo discute.: Tanto el gobierno, Clarín, como el resto de los medios han coincidido en el número de $ 18000 millones como la cifra que ha sido blanqueada o repatriada.
Permite entonces un punto de partida interesante para preguntarse ¿Qué es lo que se quiere decir cuando se afirma que los medios construyen lo “real”?

En principio vale la pena un análisis básico sobre el modo de enunciación de la información. El título “Fue sólo de….” denota claramente la idea de fracaso, Lo cual puede ser una afirmación subjetiva pero absolutamente legítima en el modo de entender la información. Analizando la manera de presentación de la noticia por otros medios -todos férreos opositores al gobierno- encontramos lo siguiente. Algunos prefirieron destacar que reingresaron al país más de 18000 millones de pesos, 8000 millones por encima de los que calculaban algunas consultoras privadas como Ecolatina. Otros destacan que los 18000 millones superaron con creces las expectativas del gobierno. Otros prefirieron acentuar que el resultado está dentro de los promedios que acompañan procesos similares realizados en otros países.
Hay muchas maneras de recortar y enunciar para que una misma información pueda ser considerada un éxito o un fracaso como gestión gubernamental.
En este sentido cada medio puede hacer su propia lectura y tiene todo el derecho de hacerlo, siempre que reconozca que su perspectiva es una mas de las posibles.
Una de las críticas que legítimamente se puede realizar del título de Clarín es que si el lector quiere saber desde que fuente calcula el 3 % de adhesión, el diario no cita ninguna, ni oficial ni privada y simplemente se remite a informar: “se calcula que hay 150.000 millones en el "colchón y en el exterior”.
Desde un dato sin fuente, omitiendo normas básicas del periodismo como es la rigurosidad en la información, el diario Clarín construye su idea de “fracaso”.
Cuando no hay ley que consagre el derecho a la información fidedigna que tienen los ciudadanos en tanto receptores suelen ocurrir estas cosas. Y nos vamos acercando al tema.
Monopolios: De la construcción de la “realidad” en el imaginario a la materialización del imaginario.
Pero cuando se habla de construcción de lo real, no tan solo se define por ello una mirada subjetiva “naturalizada” y por consecuencia “indiscutible”. No se trata solo de ocultar bajo un manto de objetividad un relato posible sobre otros tantos e intentar borrar las huellas de su construcción arbitraria.
Esa es solo una dimensión, un aspecto de la operación de construcción de sentido que para desbaratarla bastaría un lector mínimamente atento que con algo de capacidad crítica distinga ciertos recursos semánticos que se utilizan en la enunciación y ver como operan para construir sentidos. A ese lector imaginado con cierta capacidad crítica, le quedará luego poder cotejar con otras versiones de la noticia para realizar su propia lectura del acontecimiento.
Para encontrar una perspectiva mas abarcadora de lo que se entiende por construcción de lo real hay que abrir otros interrogantes.
Deberíamos preguntarnos por ejemplo ¿En cuanto incidió Clarín para provocar el acontecimiento? Dicho concretamente. ¿En qué medida Clarín operó para que esa cifra sea “solo de….” con su visión catastrófica de la realidad Argentina? y cuando hablamos de Clarín hay que referirse “al gran diario argentino” y a mas de 250 licencias de medios del mismo grupo que con un discurso único, sin matices ni disensos, emanan a coro un permanente bombardeo de narrativas en muchos casos montadas en la falacia y la omisión descarada .
Nos deberíamos interrogar por consecuencia ¿qué hubiera pasado si Clarín no contara con medios gráficos, radiales, decenas de canales de cable y repetidoras, canales abiertos, decenas de escribas y opinólogos que entre todos conforman mas del 70 por ciento del flujo comunicacional del país y que alineados con los otros grupos monopólicos que conforman el mapa de medios actual conforman el 85 por ciento del caudal informativo que recibe inerte la población.

Cuando se afirma que los medios son actores fundamentales de la política y el análisis de esta noticia económica es un buen ejemplo de ello, se está diciendo no sólo que influye para que la gente “lea” que fue un fracaso una acción de gobierno sino que su distorsionado poderío monopólico fue determinante para que cobre materialidad dicha noticia. ¿Alguien puede suponer que el catastrofismo emanado al unísono por un grupo con tal volumen de medios puede ser soslayado por un individuo solitario al momento de tomar decisiones económicas? ¿No hubiera sido otra la mencionada recaudación si miles de títulos, zócalos y periodistas de gestos adustos pregonando desastres y apocalipsis futuras no hubieran construido la idea que estábamos en el peor país de la tierra? ¿No será esa la forma utilizada para intentar que las calamidades anunciadas finalmente cristalicen y terminemos siendo el peor país de la tierra?.
Los monopolios inciden ya no tan solo en la percepción de un fenómeno sino que pueden lograr provocarlo y esto es un desequilibrio insostenible en cualquier democracia. Es incompatible con el sistema democratico que un grupo mediático cuente con tanto poder que pueda decidir catapultar o destruir un gobierno legítimamente elegido conforme defienda o se resista a sus intereses corporativos.
La concentración de medios en pocas manos es al decir de la UNESCO un sofisticado modo de censura que atenta contra el derecho ciudadano a estar realmente informado.
Es a la luz de estos hechos y su importancia política fundamental, que un proceso de distribución mas justa de la palabra se hace imprescindible.

1 comentario:

kaid dijo...

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