miércoles, 30 de septiembre de 2009

Casualidades

Hace unos días escribí en una nota - (De como contrarrestar el Napalm mediático y otras yerbas) - que los oligopolios, en especial el grupo Clarín, no dudarían en armar las operaciones mas canallas con el fín de enturbiar el camino hacia una ley de medios.
La carta que a continuación se expone, la envió al programa de Sandra Russo de Radio Nacional, el Sr. Daniel Ponzo quien fuera miembro de la comisión interna de Clarín en la huelga del año 2000 en la que el grupo dejó en la calle a decenas de trabajadores.
La carta no hace otra cosa que confirmar la desesperadas maniobras del grupo ante la inminente sanción de la nueva ley de medios de la democracia.
Hay que estar atentos pues seguirán conspirando.
Daniel C

Casualidades

Les escribo debido al conflicto en Kraft, pero especialmente para contarles que la metodología que utilizó la empresa es calcada de la que usó en dos conflictos anteriores, ambos en el Grupo Clarín.

El primero fue en noviembre de 2000 cuando el diario Clarín despidió a 113 trabajadores y entre ellos a todos los miembros de la Comisión Interna, de la que formé parte. Sucedió justamente cuando la ministra de Trabajo era la actual tenaz opositora a la ley de Comunicación y empleada del mes del Grupo, Patricia Bullrich.

En 2004 el Grupo despidió a 119 trabajadores de Artes Gráficas Rioplatenses, incluida toda la Comisión Interna, luego reincorporó a 48, pero dejó en la calle a los delegados.

En ambos casos, como en Kraft, la empresa contó con el recurso extra de la Gendarmería en la puerta de cada establecimiento y reprimió el reclamo de los trabajadores. Como lo hizo en la puerta de Clarín, también filmó a los trabajadores en las asambleas., lo cual evidencia una práctica persecutoria, ilegal, antisindical y violatoria de la inmunidad gremial.

La clave está en que el Gerente de Asuntos Institucionales del Grupo Clarín que encabezó la avanzada sobre los trabajadores durante 10 años en el diario Clarín y en AGR, es quien actualmente es el director de Asuntos Corporativos y Gubernamentles de Kraft Foods Cono Sur. Es abogado y se llama Pedro López Matheu.

El detalle es que López Matheu es también quien ocupó hasta no hace mucho la presidencia de la Comisión de Libertad de Prensa de la Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina (ADEPA).

Daniel Ponzo

viernes, 25 de septiembre de 2009

La hija de Castelo intimó a Radio Mitre para que deje de usar a su padre contra la ley de Medios

Agencia Telam.
Carla, hija del fallecido periodista Adolfo Castelo, denunció hoy que radio Mitre utiliza el nombre de su padre en contra de la Ley de Medios, y le envió una carta documento para que deje de nombrarlo.
"No tienen derecho a comprometerlo como si estuviera en contra de la Ley de Medios, cuando nosotros suponemos que estaría de acuerdo", advirtió en diálogo con Radio Provincia.
La periodista se refiere al comercial en el que la emisora del grupo Clarín asegura que de haber existido el proyecto de Servicios de comunicación Audiovisual que impulsa el Gobierno, los oyentes no hubieran podido escuchar, por ejemplo, a Dady Brieva o el propio Castelo."Le mandamos una carta documento para que dejen usarlo", aseguró, y dijo que Mitre hace un "uso obsceno" del nombre de su padre"Tanto mi hermana como yo trabajamos con mi viejo, conversábamos siempre sobre en qué se habían convertido los medios, entonces, me parece que cómo no iba a estar de acuerdo con que haya más voces, con que los periodistas no estén tan comprometidos con los intereses del monopolio: yo creo que hay muchos periodistas que trabajan en los monopolios que están a favor de la ley y no lo pueden decir”, agregó.Respecto a cómo fue el paso de Castelo por Mitre, la hija manifestó que "la radio nunca le pagó, él hizo una coproducción y no tiene ningún derecho sobre el material de Adolfo Castello porque no eran dueños de papá, han llegado a un punto de desesperación o enojo que utilizan cualquier cosa".

martes, 22 de septiembre de 2009

Nuevas voces para una sociedad abierta

Por Gustavo Sanchez (http://elpaloylarueda.blogspot.com/)

Como parte de la trama intersubjetiva que compone la realidad social, la relación entre los discursos producidos por el conglomerado de medios de comunicación y su reconocimiento y respuesta por parte de las audiencias, constituye un fenómeno complejo e irreductible a lógicas deterministas. Sin embargo, de tal complejidad y relativa indeterminación, debe inferirse el carácter estratégico de su regulación, puesto que aun cuando la recepción sea concebida como un proceso activo, resulta evidente que la concentración de las emisiones en un conjunto entrenado y limitado de actores implica un estrechamiento de los márgenes de libertad de los destinatarios, ya de por sí ceñidos por los propios marcos culturales en que tiene lugar la recepción. Es por ello que toda regulación pública tendiente a democratizar el campo de la comunicación audiovisual en cabeza del Estado debe considerar múltiples aspectos, entre los que se destacan los contenidos –en un sentido amplio e inclusivo de las formas– y la pluralidad de voces emisoras.

El Gobierno nacional ha enviado al parlamento un proyecto de regulación que, en lo principal, tiende a cumplir con un conjunto de demandas largamente requeridas por un extendido espectro de organizaciones sociales, sindicales, profesionales y académicas. Desde el advenimiento de la democracia en 1983, el poderoso lobbie mediático fue eficaz en impedir que el Poder Legislativo atendiera estas demandas, mientras que las modificaciones que tuvieron lugar en la legislación durante la década neoliberal fueron todas tendientes a aumentar la concentración oligopólica de la propiedad de los medios. El proyecto gubernamental cuenta con el apoyo explícito de las Universidades Nacionales y las Carreras de Comunicación Social y Periodismo, varios de cuyos académicos han participado directamente en su redacción. Además de los sindicatos del sector, las dos centrales sindicales, orgánicamente, promueven la sanción de la nueva ley, y la Iglesia Católica y otros cultos religiosos se han manifestado positivamente respecto de los ejes centrales del proyecto, el cual ha sido también recientemente elogiado por el relator especial de las Naciones Unidas en materia de libertad de expresión.

El proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual, que antes de llegar al Congreso Nacional ha sido presentado y debatido en múltiples foros públicos a lo largo y ancho del país –ignorados sistemática y olímpicamente por los grandes medios–, no incluye ninguna disposición relacionada con los contenidos de las emisiones, excepto la exigencia del cumplimiento de cuotas mínimas de producción nacional y local, motivada en más que loables razones de promoción económica y cultural. Esto significa que los actuales y los futuros licenciatarios de medios podrán decir cuanto quieran y cómo lo deseen, con los mismos estándares de libertad de expresión que en la actualidad, incluso cuando ello signifique mentir, tergiversar o manipular la información.

Sin embargo, infundadas y arteras calificaciones, tales como “ley mordaza” o “de control de medios”, son repetidas por voceros de las empresas privadas de comunicación y por variopintos personajes de la oposición –que no tardarán en ser ellos mismos sacrificados en el sacro escenario montado para el espectáculo de la política por las megaempresas del infoentretenimiento–.

Al enfatizar en la consecución de una pluralidad de voces emisoras, acotando las fuentes comerciales a un 33% del espectro disponible y reservando los otros dos tercios para emisiones públicas y no comerciales, una de las consecuencias esperables de la nueva configuración del mapa de medios es que junto a las modulaciones del discurso único que monopolizan los mensajes de la comunicación de masas tengan lugar otras producciones discursivas, provenientes de estéticas, subjetividades, ideologías y culturas diversas, creando para la vida democrática posibilidades impensables en un contexto como el actual signado por la alienación, el control y la eventual manipulación de las comunicaciones.

Así las cosas, de la aprobación o no del proyecto de servicios de comunicación audiovisual enviado por el Poder Ejecutivo, depende algo más que la suerte de un gobierno. Incluso algo distinto que el destino del conjunto de reformas populares iniciado en 2003 y que, por primera vez desde 1975, entronca con las corrientes emancipatorias de la historia nacional. En efecto, lo que está en juego en el fondo de este debate es la posibilidad esencial de crear condiciones para el desarrollo de una sociedad abierta y crítica, capaz de concebir un proyecto colectivo de Nación que haga centro en un lugar que no coincida con el ombligo de nadie.

domingo, 6 de septiembre de 2009

BAJAME ESE TONITO... (o cómo te editorializan con la voz)

Por Roxana Balsarini
Los locutores somos especialistas en lo que se ha dado en llamar la función conativa del lenguaje. Es decir, en darle intencionalidad a un texto, con el objeto de generar una reacción en el receptor del mensaje. Para eso estamos entrenados. Para eso estudiamos y ejercitamos los rasgos retóricos de nuestra voz. Los recursos vocales son variados: timbre, volumen, tono, velocidad, gestos sonoros. Y su combinación busca un efecto.
Por ejemplo, si Pancho Ibáñez te dice desde la pantalla que te tomes una botellita de un líquido inmundo porque tiene unos bichitos que se llaman lcassei defensis, o algo así, y que te vienen bárbaro para no enfermarte, uno le cree. ¿Porque es veraz la información? Quién sabe. Lo cierto es que suena verosímil. ¿Por qué? Porque la dice en forma pausada, usando tonos medios y graves, en un volumen medio, combinación que da sensación de seguridad, aplomo, veracidad. Lo mismo pasa con las publicidades de medicamentos: puede que el “testimonio” sea de alguna persona con la que el público se identifique, pero el cierre formal del spot está a cargo, generalmente, de voces masculinas graves, con timbres resonantes

Otro ejemplo: en las locuciones que me tocan en el Luna Park o la Plaza de Mayo, debo utilizar tonos medios a altos (que son más audibles), hacer un correcto uso de las pausas para que el sonido llegue hasta la última fila y no se empasten las frases. Tiene mucho que ver, en este caso, el ámbito en el que se produce el acto comunicacional. No es lo mismo una plaza que un salón de la Legislatura.

Estas cuestiones pueden o no estar ligadas al convencimiento de quien habla. Yo no sé si Pancho Ibáñez se cree lo de los lcassei defensis, pero utiliza las curvas entonacionales correctas para convencer. A mí me resulta particularmente natural conducir una marcha del 24, sencillamente porque estoy convencida de lo que digo, pero cuando tengo que conducir un acto en la legislatura que tiene que ver con el pedido de mayor seguridad, por ejemplo, la cosa se complica. Sin embargo, ahí están las curvas entonacionales para que yo pueda cumplir eficazmente mi trabajo

Ahora… ¿qué pasa con las curvas entonacionales en los noticieros de la tele? Están pautadas, por lo que escucha un oído entrenado. Así como cada canal tiene un tinte, una imagen distintiva, también hay una línea de entonación reconocible. Como regla general - y dentro de los esquemas propios- las noticias de carácter policial se comentan en tonos graves, con caída final y muchas pausas, en tanto las notas de color, deportivas y de espectáculos llegan al telespectador en tonos agudos, a velocidad rápida y en timbres brillantes. Veamos (y escuchemos) los “informativos” de algunos canales de aire:

- Canal 7: Utilizan tonos medios y graves, con velocidad lenta a media, volumen medio, timbres resonantes. Denota seriedad pero aburre.

- Canal 9: “Me dan ganas de pegarle” contesté mi hija cuando le pregunté qué le pasaba cuando escuchaba al locutor. Esto es porque usan tonos medios a agudos en general con caida en graves al final de las frases, hablan rápido, con timbres brillantes, a volumen alto. Este esquema provoca exaltación, exasperación, molestia. El que mira el informativo de canal 9 se siente Michael Douglas en “un día de furia”

- Telefé: Mi hija dijo “tienen más vínculo con la gente”. Esta sensación de mi piba tiene que ver con el manejo de una interesante variación tonal. Usan tonos graves, medios y agudos, hay mucha musicalidad, producto de la distribución armónica de los sonidos en el tiempo, el volumen es medio y los timbres resonantes, por lo general. Telefé no molesta, habitualmente es bastante creíble, e imprimen cierta jocosidad con tonos agudos cuando se trata de noticias insólitas o de color.

- Canal 13: Es el maestro de la editorialización a partir, también, de las curvas entonacionales. Dividen ostentosamente el tipo de locución que hacen según el carácter de las noticias. Cuando se trata de policiales, pobreza, enfermedades, las señales vocales son monocordes con caída de finales, hay largas pausas para permitir que el telespectador deje correr sus emociones, se alargan vocales antes de las pausas, los timbres son resonantes. El resultado en quien está escuchando es la sensación de miedo, agobio, depresión. Y que lo que le dicen es verdad.
En cambio, en notas de color, espectáculos y deportes, el tono es agudo, la velocidad rápida, los timbres brillantes y el volumen elevado.
Y hete aquí el mayor descubrimiento de Canal 13 en cuanto a la editorialización por la entonación: cuando se tratan noticias que tienen que ver con acciones del Gobierno Nacional, cuando deberían ser neutrales, utilizan un esquema que combina tonos medios y agudos, timbres brillantes, velocidad rápida, volumen alto. Igualito que con las notas de color. ¿Qué logran con esto? Restarle verosimilitud a los anuncios gubernamentales. Usan gestos sonoros, que pueden ser fonemas extendidos, chistidos, susurros o respiraciones audibles (¿recuerdan a José de Zer?), de modo de aportar frescura y naturalidad al texto, lo que logra la identificación del oyente. Proponen dudas, disminuyendo la velocidad , alargando una letra o parte de una palabra. Expresan sarcasmo, estirando algunas letras de una palabra y llevándolas al agudo al final. Por eso suena a que “el gobierno dice H pero en realidad es B, y nosotros que somos los re pi piolas del mundo nos damos cuenta y se lo decimos” Una genialidad. Si esto se agrega a la adjetivación, las pantallas partidas y la sonrisita socarrona de los conductores, el objetivo editorial del medio está cumplido.
Definitivamente, los medios tienen más recursos de los que la mayoría de la gente percibe concientemente. Y los usan

jueves, 3 de septiembre de 2009

Democracia o corporaciones mediáticas . Elijamos quien gobierna.

Por Daniel Calabrese
“El blanqueo fue de sólo un 3% del dinero depositado fuera del país”.
Con este título Clarín informaba el resultado de la campaña de blanqueo o repatriación de capitales que el gobierno realizó en los últimos meses y cuyos resultados fueron anunciados por todos los medios nacionales.

La noticia y su modo de enunciación es un buen disparador para tratar de pensar la idea de los medios como constructores de lo “real” pues cuenta con una cualidad interesante: el núcleo “duro” de la información nadie lo discute.: Tanto el gobierno, Clarín, como el resto de los medios han coincidido en el número de $ 18000 millones como la cifra que ha sido blanqueada o repatriada.
Permite entonces un punto de partida interesante para preguntarse ¿Qué es lo que se quiere decir cuando se afirma que los medios construyen lo “real”?

En principio vale la pena un análisis básico sobre el modo de enunciación de la información. El título “Fue sólo de….” denota claramente la idea de fracaso, Lo cual puede ser una afirmación subjetiva pero absolutamente legítima en el modo de entender la información. Analizando la manera de presentación de la noticia por otros medios -todos férreos opositores al gobierno- encontramos lo siguiente. Algunos prefirieron destacar que reingresaron al país más de 18000 millones de pesos, 8000 millones por encima de los que calculaban algunas consultoras privadas como Ecolatina. Otros destacan que los 18000 millones superaron con creces las expectativas del gobierno. Otros prefirieron acentuar que el resultado está dentro de los promedios que acompañan procesos similares realizados en otros países.
Hay muchas maneras de recortar y enunciar para que una misma información pueda ser considerada un éxito o un fracaso como gestión gubernamental.
En este sentido cada medio puede hacer su propia lectura y tiene todo el derecho de hacerlo, siempre que reconozca que su perspectiva es una mas de las posibles.
Una de las críticas que legítimamente se puede realizar del título de Clarín es que si el lector quiere saber desde que fuente calcula el 3 % de adhesión, el diario no cita ninguna, ni oficial ni privada y simplemente se remite a informar: “se calcula que hay 150.000 millones en el "colchón y en el exterior”.
Desde un dato sin fuente, omitiendo normas básicas del periodismo como es la rigurosidad en la información, el diario Clarín construye su idea de “fracaso”.
Cuando no hay ley que consagre el derecho a la información fidedigna que tienen los ciudadanos en tanto receptores suelen ocurrir estas cosas. Y nos vamos acercando al tema.
Monopolios: De la construcción de la “realidad” en el imaginario a la materialización del imaginario.
Pero cuando se habla de construcción de lo real, no tan solo se define por ello una mirada subjetiva “naturalizada” y por consecuencia “indiscutible”. No se trata solo de ocultar bajo un manto de objetividad un relato posible sobre otros tantos e intentar borrar las huellas de su construcción arbitraria.
Esa es solo una dimensión, un aspecto de la operación de construcción de sentido que para desbaratarla bastaría un lector mínimamente atento que con algo de capacidad crítica distinga ciertos recursos semánticos que se utilizan en la enunciación y ver como operan para construir sentidos. A ese lector imaginado con cierta capacidad crítica, le quedará luego poder cotejar con otras versiones de la noticia para realizar su propia lectura del acontecimiento.
Para encontrar una perspectiva mas abarcadora de lo que se entiende por construcción de lo real hay que abrir otros interrogantes.
Deberíamos preguntarnos por ejemplo ¿En cuanto incidió Clarín para provocar el acontecimiento? Dicho concretamente. ¿En qué medida Clarín operó para que esa cifra sea “solo de….” con su visión catastrófica de la realidad Argentina? y cuando hablamos de Clarín hay que referirse “al gran diario argentino” y a mas de 250 licencias de medios del mismo grupo que con un discurso único, sin matices ni disensos, emanan a coro un permanente bombardeo de narrativas en muchos casos montadas en la falacia y la omisión descarada .
Nos deberíamos interrogar por consecuencia ¿qué hubiera pasado si Clarín no contara con medios gráficos, radiales, decenas de canales de cable y repetidoras, canales abiertos, decenas de escribas y opinólogos que entre todos conforman mas del 70 por ciento del flujo comunicacional del país y que alineados con los otros grupos monopólicos que conforman el mapa de medios actual conforman el 85 por ciento del caudal informativo que recibe inerte la población.

Cuando se afirma que los medios son actores fundamentales de la política y el análisis de esta noticia económica es un buen ejemplo de ello, se está diciendo no sólo que influye para que la gente “lea” que fue un fracaso una acción de gobierno sino que su distorsionado poderío monopólico fue determinante para que cobre materialidad dicha noticia. ¿Alguien puede suponer que el catastrofismo emanado al unísono por un grupo con tal volumen de medios puede ser soslayado por un individuo solitario al momento de tomar decisiones económicas? ¿No hubiera sido otra la mencionada recaudación si miles de títulos, zócalos y periodistas de gestos adustos pregonando desastres y apocalipsis futuras no hubieran construido la idea que estábamos en el peor país de la tierra? ¿No será esa la forma utilizada para intentar que las calamidades anunciadas finalmente cristalicen y terminemos siendo el peor país de la tierra?.
Los monopolios inciden ya no tan solo en la percepción de un fenómeno sino que pueden lograr provocarlo y esto es un desequilibrio insostenible en cualquier democracia. Es incompatible con el sistema democratico que un grupo mediático cuente con tanto poder que pueda decidir catapultar o destruir un gobierno legítimamente elegido conforme defienda o se resista a sus intereses corporativos.
La concentración de medios en pocas manos es al decir de la UNESCO un sofisticado modo de censura que atenta contra el derecho ciudadano a estar realmente informado.
Es a la luz de estos hechos y su importancia política fundamental, que un proceso de distribución mas justa de la palabra se hace imprescindible.