viernes, 25 de junio de 2010

Periodismo “in the pendiente”…

Bueno, miren, lo digo de una vez. Yo no lo inventé a 6-7-8. Se los digo de una vez, así se termina con esta pulseada de mala leche que están llevando a cabo en un afán de liberarnos del “macaneo oficialista”. La verdad: yo no lo inventé a 6-7-8, ni a los panelistas, ni a la milagrosa movida de los fieles seissieteochences. Ellos nacieron como una reacción a los malos periodistas. Yo no lo inventé a Barone, ni a Sandra Russo, ni a Barragán... ni a ninguno de ellos. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien ustedes y sus patrones venían enterrando en un largo camino de miserabilidades.


Nacieron de ustedes, por ustedes y para ustedes. Esa es la verdad. Porque yo no lo inventé al “fenómeno” 6-7-8. Los trajo esta lucha salvaje de desinformar creando mentira, los trajo la ausencia total de profesionalidad que estuviera en consonancia con lo que el pueblo merece. Los trajo ese tremendo desprecio por la clases pobres a las que demonizan, desde Clarín hasta La Nación, desde TN hasta Radio Mitre, porque sólo pedían un mínimo respeto a su dignidad de hombres y un tratamiento que les permitiera preservar a los suyos de la ignorancia y el manipuleo.



No. Yo no lo inventé a 6-7-8. ¡Ustedes lo crearon! Con su intolerancia. Con su impunidad. Sí, yo sé que les fastidia que se los recuerde. Es claro, pero vamos a terminarla de una vez. Porque yo no lo inventé a 6-7-8. Los trajo la falsía que campeaba en ese “periodismo independiente”. Porque a fuerza de hacer un estilo de tanta construcción mediática, terminó por parecerles correcto lo más infame. Pero yo no lo inventé a 6-7-8 ni a sus panelistas. Los trajo la estulticia con que manejan la desinformación.



En un país milagroso de rico, arriba y abajo del suelo, ustedes sirven al modelo de la gente muerta de hambre; de los maestros sirviendo de burla en lugar de hacer llorar porque estaban sin cobrar un año entero. ¡No! ¡Y todo vendido! ¡Y todo entregado! Yo sé que les da rabia que se lo repitan tantas veces, pero es que entristece también pensar que no lo quieren oír.



El fracaso -por no decir la infamia- de los libelos que ustedes fabrican son lo que trajeron como una defensa a los de 6-7-8. Pero no fui yo quien los inventó. A 6-7-8 lo trajo la estafa, la iniquidad y el malestar de un pueblo que se ahogaba de un papel prensa espurio y entonces tuvo que encolumnarse detrás de un valiente equipo de “decodificadores”.



Los dejo. Con vuestra conciencia. ¡6-7-8 es vuestro! ¡Ustedes lo trajeron! ¡Y a sus panelistas y a sus seguidores, también! Por vuestra inconducta cómplice de las más terribles aberraciones. A mí lo único que me resta es agradecerles el bien enorme que sin querer le hicieron al país. Gracias les doy por él y por mi pueblo, por la patria que los esperaba para iniciar su verdadera marcha hacia el porvenir que se merece.



¡A mí ya no me la podés contar, ché, “periodista independiente”!

Hasta nunca más. Sí, hasta nunca más.







R. Oscar Rovito