miércoles, 13 de enero de 2010

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Carnaval del Uruguay

miércoles, 6 de enero de 2010

Las clases medias y el Segundo tramo del Gobierno de CFK

Por Daniel Calabrese

Advirtiendo que son mas las preguntas que las certezas con las que cuento, quisiera aportar mi opinión sobre el abordaje de la cuestión de los sectores medios en el escenario político / comunicacional de esta segunda etapa del gobierno de CFK.


Preguntas muchas, hipótesis algunas, certezas muy pocas

¿Es posible recuperar para un proyecto nacional y popular a un sector de las clases medias? ¿Es atribuible en su totalidad, a la capacidad de manipulación de los medios masivos de comunicación y su interesada manera de presentar los acontecimientos políticos (en el mas amplio sentido del término), la actual opinión hostil hacia el gobierno de ese conglomerado diverso al que llamamos “clase media”?

Mas preguntas. Si el poder de los medios fuera total, ¿Por qué, a pesar de La propaganda facciosa de los oligopolios, la convocatoria del rabino Bergman a Plaza de Mayo , no logró convocar a mas de dos mil personas ?

Para no remontarse a un par de meses que en la Argentina podrían significar una eternidad. Hace unos días en el medio de otra “oleada” informativa, una nueva marcha “por la inseguridad” no convocó a mas de quinientos asistentes a la Plaza de los Dos Congresos. ¿Podría ser éste un indicio de que los medios no son omnipotentes a pesar de su poder de construcción de agenda y producción / reproducción de relatos dominantes? Sigo. ¿Donde hay poder de manipulación, hay resistencia a la manipulación?

Dejo por un momento el tema “candente” de la seguridad, pero continúo formulándome preguntas sobre el rol de los medios.

Si comparamos a la Argentina con Uruguay y Bolivia que hace días han tenido que plebiscitar gobiernos populares, ¿Por qué y a pesar de ser víctimas de campañas mediáticas también salvajes, los candidatos de los proyectos populares pudieron triunfar holgadamente? ¿Es todo simplificable a que en nuestro país se trató de elecciones de medio término?
Paro un poco con las preguntas, pues se me ocurren algunas hipótesis a explorar.
En la Argentina en el seno de su sociedad civil, especialmente en el seno de ese colectivo heterogéneo llamado clase media, se ha perdido una batalla cultural que tiene como una de sus manifestaciones el “vaciamiento” de la política, en su sentido original. Mientras en Bolivia y Uruguay la política remite a herramienta de cambio y lugar de discusión de la cosa pública, aquí, despojada de su significancia de origen, equivale a una actividad pre catalogada por gran parte de la población como lindante con lo delictivo.

La simbiosis de sentido entre política y delito se debe a dos razones fundamentales. Por supuesto, al permanente erosionar de su sentido original por parte de los medios masivos, y desde el propio seno de los políticos en una sistemática tarea de zapa, pero también - del mismo modo que no hay enchufe que se pueda encastrar sin no hay una ficha adecuada - hace contacto con algunas particularidades históricas y sociales de amplias porciones de nuestra población. La dinámica de retroalimentación entre estos factores hace el resto.

Se puede desprender entonces una conclusión: existe una relación inversamente proporcional entre el papel que pueden jugar los medios en su poder de fijar agenda, y de construcción de relato y la fortaleza cívica que tengan las audiencias. Obviamente el desprestigio de la política condiciona negativamente la construcción de ciudadanía.

Habría que decir también que el rol de los medios y su influencia, muchas veces se explica por fuera de ellos. Si, hay vida por fuera de ellos. La manera que influyen sobre la población se explica en esos otros “mundos”: ¿O acaso parte del éxito de Tinelli (*) no es explicable en las doce o mas horas de trabajo diario, en las horas de traslado desde y hacia sus hogares hacinados en medios de transporte que miles de compatriotas realizan diariamente? ¿Pretendemos que luego miren el canal Encuentro?

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Tenemos entonces la necesidad de relativizar al menos en parte, el papel de los medios para seguir buscando otros aspectos que pueden explicar el estado actual de “crispación” de nuestras clases medias.

En las horas posteriores del 28 de junio pasado con el resultado electoral ya confirmado me preguntaba en mi blog que había ocurrido con los discursos y argumentos de los candidatos y los proyectos políticos en disputa. La confrontación de los no argumentos de la derecha con “propuestas” basadas en slogans de un superficialidad pasmosa, habían ganado a una amplia franja de la población. Escribí en ese momento que era una falacia decir que no había habido debate político. CFK, todos los días, en decenas de alocuciones previas a la contienda electoral, se comunicaba brindando “una batería argumental lógicamente sostenida, pedagógicamente explicada y abrumadoramente confrontada con los hechos concretos”. Aún así no alcanzó. Esto bastaría para comprender que en la llamada “instancia de la recepción” hay una complejidad de factores que van más allá de una disputa entre argumentos sostenidos vs slogans vacios. Relativizar el papel de los medios y los discursos mediáticos, implica comprender que no todo es manipulación. También hay negociación, hay resistencia y en muchos casos las audiencias los “utilizan” para convalidar sus creencias previas.



El rol de la nueva ley de medios

Objeto de análisis de semiólogos, psicólogos y sociólogos, el entramado de variables que se juegan en la comunicación debería ser tenido en cuenta al momento de pensar el accionar político. En ese se sentido podemos imaginar por lo menos dos grandes sectores que la aplicación de la nueva ley de medios permitirá distinguir.

Un sector de esas clases medias que al encontrar nuevas perspectivas e informaciones antes omitidas, seguramente pueda construirse otra idea de la gestión gubernamental. Otro sector no cambiará su opinión hacia el gobierno y seguirá abrevando en medios y opinólogos que le reconfirmen creencias previamente concebidas.

Sigamos decantando.

La pregunta del millón después de tantas preguntas es entonces…. ¿No habrá algún sector de las llamadas capas medias que cuenta con razones objetivas y argumentos valederos para no comulgar, para criticar y para argumentar su estado actual de oposición al gobierno central mas allá del rol jugado por los medios?

Si creo que lo hay y para describirlo quiero partir de una breve pintura contextual.

Producto de razones culturales, históricas, políticas y comunicacionales la sociedad civil argentina se encuentra en el presente claramente atomizada.

Si se sumaran las mas importantes y representativas organizaciones sociales todas juntas , la CGT, la CTA, las Organizaciones Sociales que nuclean a los desocupados, las cámaras de pequeños y medianos empresarios, los representantes de los jubilados , las cooperativas, etc, estarían representando a un importante pero no mayoritario porcentaje de la población total.

Ajena por distintas razones a sus representantes o directamente ausente de estas organizaciones, deambula el resto de la población. Solo algunos pocos colectivos los agrupan como meros consumidores, como puntos de rating y otras categorías que simulan contenerlos, que escenifican integrarlos.

Los homo tributarios

Dentro de todos ellos, me voy a detener en un solo colectivo, el que incluye a un variopinto sector formado por profesionales independientes, motoqueros, albañiles, periodistas , etc, que el Estado desde el punto de vista fiscal agrupa bajo la denominación de monotributistas. Amplísimos sectores de lo que conocemos como clase media se encuentran encuadrados tributariamente dentro de este colectivo. ¿Quién no tiene un amigo o un pariente, monotribustista?

Algunos parcialmente exitosos, otros exitosos momentáneamente, inscriptos por voluntad propia u obligados para poder cobrar alguna “changa”, o quizá simplemente, con la esperanza de acceder a una obra social luego de caer de las “prepagas”. Todos vulnerables, todos debiendo recrearse diariamente para poder sobrevivir.

Estos “entrepreneurs” por imperio de las circunstancias, en un altísimo porcentaje pertenecen a ese sector al que llamamos clases medias. Viven en Villa Crespo, Almagro, Parque Patricios, Belgrano, Ramos Mejia, Valentin Alsina o en otras grandes y pequeñas urbes del país.

¿Qué políticas concretas ha destinado el gobierno hacia ese sector?

Además de una importante incremento en las alícuotas que abonan, ninguna otra. Para ellos la asignación universal por hijo sólo es un eufemismo.

Hagamos el esfuerzo por imaginar a esa persona que tuvo que inscribirse obligado para cobrar un servicio como arquitecto, como gasista o como periodista. Imagínese a ese mismo señor yendo al Ansses y confirmando que sus hijos no son parte del colectivo “universal”. Imaginemos que además de estar sin trabajo o sin clientes y la culpa que eso le acarrea, como cualquier terapista ocupacional podría confirmar, el Estado no lo premia sino que lo castiga.

Deberá ser muy sólida su formación política/ ideológica para que no flaqueen sus convicciones. Un solo ejemplo. Existen muchos otros posibles colectivos sobre los que habría que poner la lupa y observar detenidamente que beneficios concretos han recibido y si los tienen, con qué grado de eficacia les están llegando.

Dentro de poco seguramente nuestra nueva ley de medios será ejemplo y modelo a seguir por otros países del mundo. La bienvenida ley , siendo una herramienta indispensable para avanzar en la profundización de los cambios, no solucionará problemas de gestión política.

Se trata entonces de encontrar a estos sectores, saberlos distinguir en ese conglomerado heterogéneo agrupado bajo la denominación de capas medias, que incluye irritados sectores a los que les va cada vez mejor, pero también a miles de silenciosos que cada día deben resolver como hacen para seguir sosteniéndose.

Sería también una saludable manera de comunicar que no sólo el que llora, es el que siempre mama y golpear ese rasgo discepoliano tan marcado en la cultura argentina.

Nos encontramos entonces con un gobierno, el único desde el advenimiento democrático, con voluntad real de enfrentamiento a los poderes corporativos que han históricamente conspirado contra el desarrollo de nuestro país.

Con la valentía y la sensibilidad ya demostrada, deberá entender que tiene una importante agenda de gestión en la que deberá desprenderse de algunos prejuicios. Sería un error suponer que todo el proceso de malestar hacia el gobierno se debe al infame accionar de los medios o al histórico anti peronismo de ciertos sectores. Habrá que comprender que el estado de precariedad y vulnerabilidad abarca a mas sectores de los supuestos. Y con inteligencia, gestionar políticas concretas que impidan que una amplia franja de los sectores medios en su desesperación, caigan en la bandeja sin destino de los proyectos de la derecha.





(*) Curiosamente El horario Prime time se ha ido corriendo en los últimos años. Habría que investigar porque el programa de Tinelli cada vez comienza mas tarde y si eso no esta relacionado con el comportamiento cotidiano de sus audiencias.