martes, 20 de abril de 2010

Carta Abierta a Maria Laura Santillán

Por Roxana Balsarini

Ya estoy pensando seriamente que si casi todos los días veo Telenoche es de puro masoquista, nomás. O por probar la resistencia de mi estómago. O por confirmar cada vez, que estoy en la vereda correcta.
Si no, no se puede explicar que anoche, después de varias horas de marcha, haya llegado a mi casa, prendido la tele y sintonizado canal 13. Lo hice pensando cómo iban a hacer para soslayar lo que no iban a poder ocultar como otras veces, cómo, cómo...
Y ahí estabas vos, con esa sonrisa-mueca que te caracteriza, presentando un informe sobre la manifestación de apoyo a la Ley de Medios. El informe empezó hablando de una marcha de "organizaciones sociales, políticas y los piqueteros de D'Elía". Ni hablar de los autoconvocados de 6,7,8, ni de los pueblos originarios, ni de los estudiantes universitarios, ni de los intelectuales de Carta Abierta, ni de los trabajadores, ni de las miles y miles de personas que fueron solitas nomás, con los pibes, la abuela, los amigos. Un cachito de Estela, otro cachito de Hebe, y después lo que les interesaba, la excusa para soslayar la masividad de la marcha: los carteles. Más de la mitad del informe versó sobre los carteles que aparecieron en la calle. Esos que decían que si se puede hablar de periodismo independiente y servir a la dueña de un multimedios que está sospechada de apropiarse de hijos de desaparecidos, o algo así.
Terminó el "informe" y ahí seguías vos. Ya descartada la sonrisa, te quedaba la mueca. Miraste seriamente a cámara y dijiste: "Es una lástima que una marcha que pretende ser democrática y pluralista dé lugar a agravios, agresiones y quiera amedrentar a varios periodistas que trabajamos en este canal". Palabras más o menos, de las negritas me acuerdo seguro.
En principio, la marcha no "pretendió" ser democrática y pluralista, SINO QUE LO FUE, EFECTIVAMENTE. Y esa democracia incluye que la gente pueda pegar carteles y caracterizar al multimedios donde trabajás como le plazca, aunque a vos no te guste.
A ver: el cartel no era ningún agravio, ninguna agresión. Agravio es mentir. Agresión es manipular la realidad. El cartel planteaba la pregunta que puede hacerse cualquier vecina en su casa. ¿Son tan independientes éstos que no pueden hablar de la causa Herrera de Noble? Qué, ¿no es una pregunta posible?. Mi prima Alejandra se la está haciendo.
Ahora... ¿plantear una pregunta es "amedrentar" a los periodistas? ¿No será más bien apelar -ilusamente- al cachito de conciencia, ética, decencia, honor, dignidad, que suponemos les debe quedar bajo el manto del suculento cheque de cada fin de mes? ¿Tanto les jode? Parece que la verdad duele, ¿no, Maria Laura?
En fin... después de tus patéticas y falaces palabras vino el otro patrañero impresentable. Puso su mejor cara de sentencia indiscutible y espetó: "Hasta hoy, trabajamos buscando la verdad. Mañana seguiremos buscando la verdad. Sólo los soberbios se creen dueños de la verdad" Milagrosamente, a la palabra soberbios le pronunció toooodas las consonantes, cosa más que extraña en él. Y lo paradójico es que dijo esta frase con toda la contundencia del dueño de la verdad.
Me quedó resonando ese asunto de la verdad. Esa historia de que nadie es dueño de la verdad lleva a un relativismo perverso y anquilosante. Si todo es relativo, nadie tiene convicciones. Y si nadie tiene convicciones, pueden vendernos cualquier verdura podrida, que es lo que tratan de hacer.
Puede que no haya "una" verdad. Pero los hechos, son verdades. Los dichos de la gente son verdades. La interpretación de ellos es otra cosa. Y ustedes, María Laura, lo que hacen es tergiversar los hechos. Y las palabras.
Digo, llamar Ley K o Ley mordaza a una ley que fue trabajada por más de veinte años, consensuada por casi todops los sectores y aprobada en el congreso por aplastante mayoría, K y no K, eso no es buscar la verdad, es mentir asquerosamente. Que mi presidenta diga "NO es un problema de iquierdas o derechas" y ustedes zocaleen exactamente lo contrario, eso no es buscar la verdad, es embaucar ostentosamente. Y esto sólo son un par de botones de muestra. Vos y yo sabemos que hay toda una mercería llena.
El multimedios al que pertenecés tiene millones de televidentes. Millones de moscas. Pero cada vez somos más los que nos negamos a deglutir la mierda que nos pretende hacer comer. Hacete a la idea, María Laura.

He dicho.



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